Aquí hay un cúmulo de oraciones agónicas
que arden en la garganta
como el tequila amargo.
En Mictlán hubo cosecha
de calaveras en flor
arrasadas con el soplo de la verdad
ramos de luz violenta
manojo quebrantado de horas
para la epidermis del amanecer.
Esta es la palabra desbocada
el descuido de la voluntad
la sola y unica necedad de escribir,
para que las sombras sean
de una espesura impecable.